Romanticismos
––Es muy cierto ––replicó Elizabeth––, podría perdonarle fácilmente su orgullo si no hubiese
mortificado el mío.
––El orgullo ––observó Mary, que se preciaba mucho de la solidez de sus reflexiones––, es un
defecto muy común. Por todo lo que he leído, estoy convencida de que en realidad es muy frecuente que la
naturaleza humana sea especialmente propensa a él, hay muy pocos que no abriguen un sentimiento de
autosuficiencia por una u otra razón, ya sea real o imaginaria. La vanidad y el orgullo son cosas distintas,
aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de
nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.
...
–Sus conjeturas son totalmente equivocadas. Mi mente estaba ocupada en cosas más agradables.
Estaba meditando sobre el gran placer que pueden causar un par de ojos bonitos en el rostro de una mujer hermosa.